El reflejo del tiempo
Le pido a la
muerte que se enfrente al tiempo, porque todos han premiado al tiempo de ser causante
de tu muerte.
Hoy me
encuentro frente al espejo y no sé si tu como yo lo hagas, pero frecuentemente
me pierdo en una conversación conmigo,
donde cada día con el pasar del tiempo me critico y parezco no encontrar
consuelo.
En una tarde,
quizá la más dichosa de todas, me percato que el espejo no refleja sino lo que
parece ser un sueño, una gran alegría… Tu!
Había pasado
mucho tiempo desde que había perdido el contacto contigo y frecuentemente has
estado en mi mente: ¿Estará bien? ¿Pensará en mí? ¿Será feliz?
Hubo muchas circunstancias
que nos alejaron o al menos me intento
convencer que así fueron, pero ahora estás frente a mí. Empiezo a hablar
contigo y tú sonríes, como siempre tan amable con serenidad tremenda que a este
ser paz atrae.
Yo: -Te he
pensado mucho, aunque no me he atrevido a escribirte desde aquella última vez
que nos vimos-
Tu: – He estado
muy bien, aunque en mi sentir existe un vacío, ¿y tú?
Yo: -Me siento
muy feliz de verte y sentir que estoy cerca de ti- (a pesar de estar consciente
de estar frente al espejo) – Tenemos tanto que platicar, que decir y
contradecir, que aclarar y enfatizar por que sin duda todo el tiempo que estuve
junto a ti … fui feliz –
Tu semblante
cambió, la sonrisa que llevabas poco a poco se tornó a una seriedad con aires
de tristeza y antes de continuar hablando pusiste tu mano en tu lado del espejo…
mi instinto fue responder colocando mi mano sobre la tuya.
Yo: -Me parece
que si esto está ocurriendo seguramente no soy yo quien tiene que sostener la
conversación ¿hay algo que me quieras decir?-
Asentiste y de
nuevo volvió tu sonrisa, un poco más pícara he de confesar.
Tu: -¿Recuerdas
aquella noche en la que estábamos sentados en la calle, en la banqueta para ser
más precisos, bajo las estrellas y una luna incompleta?-
Yo – ¡Sí! Ha sido
la mejor noche de mi vida y la que más rápido ha pasado-
Tu: -¿Recuerdas
nuestra discusión sobre la muerte y el tiempo?-
Yo: - ¡Sin
duda! Consumimos una gran parte de la noche en eso, pero dime ¿a qué viene eso?
Tu: - Sabes…
te extraño mucho y nunca he dejado de pensar en ti, todo me recuerda a ti y aún
te…
Me quede sin
palabras
El reflejo poco
a poco perdía claridad y cuando menos lo esperé yo estaba de vuelta en el
reflejo, un sentir de ansiedad me invadía. Ese día detuve todo para procurarte
porque me parecía irreal lo que ocurría y en mi interior sentía que algo se
perdía.
La búsqueda me
llevó a una casa frente a un canal con aguas cristalinas adornada con un jardín
pequeño pero colorido con las flores que tanto te gustan, a decir verdad, se
parecía mucho a una pintura que me habías regalado al poco tiempo de
conocernos.
Decido tocar
la puerta que yacía abierta por alguna extraña razón y me encuentro con todos
los muebles cubiertos por sábanas blancas. Con una tranquilidad inmensa baja una
persona de las escaleras y dice:
Ella: -Muy
buen día… es usted… -
Yo: -Si, ¿cómo
lo supo? …
Ella: - Dejaron
una carta para usted e indicaron que vendría en camino, así mismo nos pidieron
que dejáramos la puerta abierta el día de hoy –
Procedo a
abrir la carta y me encuentro con tu letra… bonita para mis ojos.
“Tengo la
certeza de ya haberte dicho que te extraño mucho y que nunca he dejado de
pensar en ti, todo me lo recuerda y sé que me faltó decirte que en mi vida,
fuiste tú y siempre lo serás…”
Al final de la
carta noto como haces énfasis en el juicio del tiempo y como las demás personas
parecen citártelo constantemente, concluyes tu carta diciendo: “Tenías razón
sobre la muerte y el tiempo”
Aunque ya lo
había entendido seguía sin creerlo… Te habías ido… me habías dejado y no tuve
la oportunidad de despedirme… apreté la carta contra mi pecho, habiendo
entendido el mensaje salí de la casa para mirar al cielo donde se detuvo el
tiempo.
“Le pido a la
muerte que se enfrente al tiempo, porque todos han premiado al tiempo de ser causante
de tu muerte."
Por Felipe de
Jesús Mendoza Aguilera
Muy romantico y muy triste al mismo tiempo. Me gusta mucho. El tiempo es lo que no tengo mucho…
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