La luz que nos une

Singular día hoy es pues me encuentro caminando en un callejón antiguo ¿Qué cómo lo sé? Distingo unos faroles que iluminan el camino y a su vez estos contienen unas velas que si bien podrían hacer aparentar un paraje romántico también incitaban al misterio: surge la duda de querer cruzar dicha senda.

Admito que distraídamente comencé mi transitar por el sendero sin embargo al poco tiempo (mitad de camino) casi topo con un farol que se encontraba a la mitad del callejón el cual imposibilitaba el tránsito de vehículos de mayores dimensiones al de una persona.

Mi mirada se encontraba hacia abajo viendo los recovecos caprichosos del camino empedrado y pensando si mi suerte habría de mejorar dado que había perdido a quien motivaba mi andar, me inspiraba fuerza y era mi razón de existir. Falleció en un desdichado accidente del cual prefiero no ahondar.

Por días había caminado errante por una ciudad con gran cantidad de contrastes, pero nunca había visto un farol como con el que casi colisiono; era negro pero de un negro mate, opaco, áspero al pasarle las manos y contenía una gran cantidad de grabados: signos y figuras que aparentemente la gente no les ponía interés en su ir y venir.

Al poco tiempo me concentré inconscientemente en la luz que emitía y observé durante horas el bailar de la flama ¿alguna vez te has detenido a observar como una flama se mueve y consume una vela y concretamente el pabilo? Mi concentración fue tanta que por un momento observaba como la flama se separaba en dos y seguía danzando.

Al quererla tocar para comprobar que su existencia y división era real ambas llamas se juntaban rápidamente y no conseguí alcanzar a tocarlas, maravillado por dicho evento seguí mi camino intentando recordar ese sendero y concretamente ese farol, la razón, esa luz me traía paz; una paz que había perdido hace poco más de 1 mes.

Fui a mi sendero especial cada día de una semana completa y me parecía fascinante como las luces parecían cambiar y daban ese toque único del cambio, donde aparentemente el escenario no era el mismo, donde todo podía ser y pasar.

El fenómeno de la flama seguía ocurriendo, al menos, así fue durante 6 días, al séptimo…la luna se encontraba llena y se encontraba alineada con el farol de modo que había una luz adicional como azulada, en algún momento determinado del anochecer la luna conspira para enfocar su energía en aquel farol, distinguía un haz de luz dedicado y enfocado indescriptiblemente hacia mi farol – adquirió un sentido de pertenencia, lo admito-.

A pesar de esos sucesos extraordinarios decido con ahínco y esmero a intentar visualizar la danza de las dos flamas, me sorprendo de ver efectivamente como de una se separan dos, sin embargo en esta ocasión era un tanto diferente, una de las flamas no era naranja-rojiza sino que era azul-violácea.
Al intentar acercarme para tocarla … no se une nuevamente sino que está inerte y al punto de comprobar su existencia se esfuma, se apaga, la flama naranja rojiza se encontraba flotando consumiendo solamente el aire dado que no se encontraba sujeta en el pabilo, lentamente  regresa y se alinea con la vela que se supone la contenía.

Mi cara y mi cuerpo se paralizan cuando alcanzo a ver una silueta del color de la flama azul-violácea al lado opuesto del farol, decido en cuestión de segundos asomarme, y así fue como te volví a encontrar.

Te encontrabas ya frente a mi e inevitablemente no pude evitar hacerte el reproche del abandono, de la soledad y las consecuencias de tu partida, pero tú solamente te concretas en sonreír y extender tus brazos frente a mí, acto inmediato que ahora mis reclamos y lamentos y llenan de lágrimas mis ojos.
Titubeo pero imagino que tu en mi lugar accederías a la petición, porque lo admito no podía dejar ir y efectivamente concedo el abrazo, en ese momento descubro que ambos nos encontramos ya del mismo color azul-violáceo, giro mi cabeza para ver el farol.

La flama que una vez fue naranja-rojiza fue cambiando de color desde la base hasta la punta hasta el momento que completó su transformación, justo en ese momento era el final de la vela. Cuando la flama se apagó nos desvanecimos de este mundo, la luna me mostró el camino para llegar a ti y solamente quedó el rastro del humo de una vela consumida así como la oscuridad que no podía más combatir el farol.


Y ante un sendero vacío te confieso algo, soy feliz a tu lado porque fuimos dos y de dos uno, así es y será en este u otro mundo.

Por: Felipe de Jesús Mendoza Aguilera

Comentarios

  1. Me gusta este texto. Hay muchas interpretaciones posibles. La muerte, el amor de su mismo, el amor de otra persona pero quien es? La doble personalidad que aparece y disaparece… el texto se terminé con muchas preguntas sin respuestas como tu le gusta ;-)

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