El llanto de un corazón mudo
Se encontraba ahí inmutable e
inerte como buscando una idea, algo a que aferrarse y creer que la ilusión
podía ser realidad.
La concentración se encontraba en
un tablero de cuadros blancos y negros donde en apariencia el tiempo es irrelevante
contando con una buena estrategia. Dos personas tienen sus miradas fijas
queriendo analizar el pensamiento de quien representa a su contrincante y por
supuesto procurando anticipar el siguiente movimiento.
A su alrededor el vacío y la
iluminación de unos cuantos astros hacía de la disputa un escenario maravilloso,
nada más importa que el salir victorioso de esa disputa, tan intrincada al
parecer.
Las figuras se mueven despacio y
rápido a la vez, ambos contrincantes progresan pierden y ganan piezas en dicho
tablero, cada pérdida es costosa en apariencia y en realidad. Puedes apreciar
como la perdida es mucho más representativa porque empiezas a ver de momentos
contrincantes en transparencias cuyos cuerpos parecen desintegrarse poco a
poco.
Un polvo se empieza a desprender
de cada uno, les rodea como despidiéndose y se pierde en el vacío infinito. Dos
piezas hacen que los seres continúen vivos y que son en esencia necesarios para
la permanencia del juego; el rey y la reina.
Perder algunos de estas figuras
representaría perder ya sea el corazón o la mente, la cuestión es que no se
sabe cuál contrincante claudicará y que estaría dispuesto a perder para
mantenerse con vida.
Saber que a pesar de ser
contrincantes han sido hechos el uno para el otro, siempre complementarios a
pesar de adversidades, deja entrever que cada uno tiene diferente estrategia
que mortal podía ser de cualquier manera para el otro.
De poco a poco se van
desfigurando uno a otro sin dolor aparente pero con sensaciones como sentimientos
a flor de piel, el vacío infinito parece cubrirlos más en oscuridad hasta que
solo los miembros que se mantienen visibles emiten un leve resplandor que al
alejarse se pierde en la inmensidad de la negrura.
Y me pregunto si yo como espectador
soy capaz de ver como dos seres que se aman son capaces de finiquitar a su
complemento ¿Por qué me conmuevo más yo que ellos? ¿Por qué no se hablan, ni
tan sólo una frase ni expresión alguna? Y por supuesto la pregunta más lógica: ¿Por
qué habría de efectuar un juego que significara la desaparición de su
semejante? ¿Por qué no detenerlo al presenciar alguno de sus efectos?
Desde el inicio sus miradas se
encontraban fijas en las de su semejante, siempre, incluso al mover una pieza
en el majestuoso tablero; como despidiéndose, como diciendo todo y nada a la
vez, como confesando su amor tantas veces como fuese posible antes de terminar
el juego.
Yo siendo espectador tengo el
gusto y el privilegio de poderme mover alrededor de los jugadores quienes
parecen ser el centro del universo y contemplar tan cerca o tan lejos como lo
desee, pero he de admitir que fue cuando me encontré de frente al perfil de los
jugadores cuando me quedé más impactado.
Aquel momento no puedo olvidar,
en el que solamente se podían ver el corazón y la mente de ambos, el resto se
encontraba disuelto formando un manto estelar de brillos intermitentes, luces y
sombras que iluminan y opacan cuanto se encuentra a su alcance.
Las piezas ya no podían moverse físicamente
por alguna extremidad de sus amos y aun así el juego seguía según las ordenes
emitidas por corazón y mente de cada uno de estos sujetos.
Finalmente las opciones se habían
acabado para uno y su consumo sería inevitable y total. Se ejecuta la jugada.
El ganador recupera la totalidad
de su existencia y presencia la silueta y figura por última vez del digno
contrincante cuyo polvo se integra para despedirse: Ambos se sonríen por última
vez y cuando están a punto de sellar su amor con un beso, implosiona el
contrincante en polvo brillante dejando una estela en el vacío, formando el universo como actualmente lo conocemos y
admiramos.
Su amor, su complemento se encuentra
a su alrededor, disperso en el infinito, cerca y lejos a la vez.
El ganador se encontraba ahí
inmutable e inerte como buscando una idea, algo a que aferrarse y creer que la
ilusión podía ser realidad.
Por Felipe de Jesús Mendoza Aguilera
Wow ! Me gusta mucho este texto. Es interesante ser un espectator de su propria vida. In una relación, no hay un ganador. Solo hay dos ganadores o dos perdadores… es la triste realidad…
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